En el contexto global actual, la propiedad intelectual se ha convertido en un pilar esencial para el desarrollo económico y la innovación. Aunque a menudo se malinterpreta como un conjunto de normas que favorecen únicamente a las grandes corporaciones extranjeras, la realidad es mucho más compleja y beneficiosa, especialmente para las economías emergentes como la de Colombia.
Mark Schultz, experto en derecho de propiedad intelectual y miembro senior de Geneva Network, ofrece una perspectiva esclarecedora sobre la verdadera función de la propiedad intelectual. Según Schultz, la propiedad intelectual es mucho más que un simple derecho exclusivo para utilizar o vender una invención. Representa un conjunto de etapas fundamentales que abarcan desde la creación hasta la comercialización de una invención, facilitando su acceso a los consumidores y recompensando a los innovadores.
Uno de los grandes malentendidos acerca de la propiedad intelectual es que su objetivo principal es frenar la competencia y recompensar la invención. Esta visión simplista no considera que la propiedad intelectual es, en realidad, una herramienta poderosa para el desarrollo económico. Schultz destaca que las leyes de propiedad intelectual deben verse como una política esencial para el desarrollo nacional. Protegen las inversiones, fomentan la creación de empresas y apoyan la fabricación y distribución de productos innovadores.
El iPhone de Apple y Coca-Cola son ejemplos perfectos de cómo la propiedad intelectual impulsa la innovación y el desarrollo. Aunque la tecnología del iPhone existía desde 2007, fue necesaria una inversión considerable para desarrollar un producto atractivo para los consumidores. De manera similar, Coca-Cola ha logrado una presencia global gracias a inversiones en fabricación local, marketing y cumplimiento normativo. Estas inversiones solo son posibles en un entorno donde la propiedad intelectual está protegida, proporcionando la seguridad necesaria para que las empresas arriesguen su capital.
La industria farmacéutica es otro sector donde la propiedad intelectual juega un papel crucial. El desarrollo y producción de medicamentos requiere una inversión enorme no solo en plantas de producción, sino también en la educación de médicos y pacientes sobre su uso. En un mundo donde la industria farmacéutica está fuertemente regulada, la propiedad intelectual garantiza que los innovadores puedan recuperar sus inversiones y continuar desarrollando nuevos tratamientos.
Es esencial que los países protejan la inversión y fomenten un entorno seguro para las empresas. Cuando las empresas confían en la protección de sus derechos de propiedad intelectual, están más dispuestas a compartir conocimientos y tecnología, beneficiando así a los socios locales y al desarrollo económico del país. Por ejemplo, los países con derechos de propiedad intelectual fuertes ven mejores alianzas internacionales, ya que los inversores extranjeros confían en la protección de estos derechos y están más dispuestos a colaborar con pequeñas empresas locales.
Además, las licencias voluntarias, donde los innovadores trabajan con empresas locales para fabricar productos de manera eficiente, ofrecen precios más bajos y benefician a todas las partes involucradas. Este enfoque cooperativo es mucho más efectivo que las licencias obligatorias, que pueden aumentar los costos y desalentar la inversión. En el caso de los medicamentos, la propiedad intelectual asegura que los innovadores puedan recuperar sus inversiones y seguir desarrollando nuevos tratamientos esenciales. Esto no solo beneficia a las empresas, sino también a los pacientes que necesitan acceso a medicamentos innovadores y de alta calidad. Para Colombia, adoptar políticas sólidas de propiedad intelectual puede significar un futuro más próspero, con mayores inversiones, más innovación y un mejor bienestar para su población.
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