En el Innovation Seminar 2024, el panel titulado Innovación y Acceso reunió a expertos de alto nivel para debatir sobre las licencias obligatorias (LO) y voluntarias en la región. La discusión, que contó con la participación de Corey Salsberg (VP de Asuntos Globales en PI de Novartis), Raquel Sorza (Directora de Operaciones de Fifarma), Anjam Aziz (sector farmacéutico) y el juez Iñigo Crespo (Presidente del Tribunal de Justicia de la CAN), destacó las complejidades y desafíos asociados al uso de las LO y su impacto en la innovación y el acceso a medicamentos en América Latina.
Raquel Sorza abrió el panel señalando que los derechos de propiedad intelectual (PI) no son absolutos y que las licencias obligatorias, aunque esenciales en ciertas situaciones, se han utilizado crecientemente como mecanismos para regular el gasto en salud, desviándose de su intención original. Según Sorza, se ha observado una preocupante tendencia a otorgar licencias durante todo el período de la patente, lo que desvirtúa su propósito limitado y específico. Además, los sectores que han motivado la mayoría de estas licencias, siendo el VIH el principal con un 58% de las otorgadas, seguido por la hepatitis C y oncología. A pesar del uso creciente de las LO, destacó que los avances en tratamientos para el VIH han transformado el panorama de esta enfermedad, subrayando la importancia de la innovación.
La pandemia de COVID-19 reavivó el debate sobre la producción local de vacunas y la autosuficiencia sanitaria, empujando la idea de las LO como herramientas para fortalecer la industria local. Sin embargo, Sorza advirtió que, en algunos casos, estas licencias han promovido más la importación de medicamentos que la fabricación nacional, lo que revela una desconexión entre los objetivos y los resultados.
Por otro lado, el juez Iñigo Crespo aportó una visión jurídica sobre las licencias obligatorias en el contexto de la Comunidad Andina (CAN). Explicó cómo la Decisión 486 de 2000 regula las LO, estableciendo que estas solo deben aplicarse cuando hay un interés público claro, como la seguridad sanitaria o alimentaria. Citó el caso clave del Proceso 144-IP-2019, donde se reafirmó que las LO son medidas excepcionales que requieren un equilibrio cuidadoso entre el derecho del titular de la patente y las necesidades públicas. El equilibrio se evalúa a través de un test de razonabilidad, donde se considera si la medida es idónea, necesaria y proporcional. Esto garantiza que las licencias obligatorias no se utilicen de manera indiscriminada y solo se apliquen cuando no existen otras soluciones viables.
Licencias voluntarias: ¿Un camino más eficiente?
Corey Salsberg planteó una alternativa a las licencias obligatorias: las licencias voluntarias. Según su experiencia, la mayoría de las solicitudes de LO son impulsadas por la sociedad civil o industrias locales, no por los gobiernos. Citó el emblemático caso de Glivec en Colombia en 2014, donde una licencia obligatoria complicó más de lo que resolvió. Salsberg abogó por un mayor diálogo y cooperación entre la industria y los gobiernos, sugiriendo que las licencias voluntarias pueden ofrecer soluciones más sostenibles, sin debilitar la estructura de PI.
Por su parte, Anjam Aziz ofreció una visión crítica sobre el impacto a largo plazo de las licencias obligatorias. Citó el caso de Zimbabue, donde la declaración de interés público para medicamentos relacionados con el VIH resultó en un aumento de precios y acceso limitado a los medicamentos. Según Aziz, el uso frecuente de LO puede desalentar la innovación, ya que los desarrolladores de medicamentos evitan invertir en mercados con regulaciones impredecibles. Además, enfatizó que, si bien las LO pueden ser una herramienta valiosa en ciertas circunstancias, su mal uso puede obstaculizar el acceso a medicamentos innovadores, afectando tanto a los pacientes como a los sistemas de salud.
El panel concluyó con una reflexión sobre el futuro de la innovación y el acceso a medicamentos en la región. Se discutió un informe reciente del Banco Mundial, que subraya la importancia de fortalecer los ecosistemas de innovación y crear un entorno colaborativo que involucre a gobiernos, industria, academia y sociedad civil. Esta cooperación, basada en el respeto mutuo y el reconocimiento del valor de la PI, es clave para promover el crecimiento económico y la transferencia de tecnología.
Desde la perspectiva de INNOS, el camino hacia un sistema de salud más innovador en Colombia y América Latina depende de la educación de las nuevas generaciones sobre la importancia de la PI. Solo con un sistema de PI robusto se pueden crear las condiciones necesarias para acelerar la Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) y facilitar la transferencia de conocimiento, contribuyendo así a soluciones efectivas en el ámbito sanitario.