Una jornada de movilización social convocada para el pasado martes 18 de marzo por Fecode, continúa un antiguo debate sobre lo que han considerado desde este gremio, una defensa de las reformas sociales, en especial en lo relacionado con el sistema educativo. De alguna forma esta protesta se vincula con el posible hundimiento de la propuesta de reforma laboral en el Congreso de la República y con la crisis del sistema de atención en salud del magisterio.
Es importante recordar también que el propio presidente de la República invitó a los ciudadanos a respaldar en las calles sus propuestas de reforma, que no han tenido los avances que el gobierno esperaba en el campo laboral ni en el proyecto de Ley de reforma al sistema de salud. Pero más allá del necesario debate sobre los recursos para la educación pública que requiere el país, no hay una discusión de fondo en cuanto a lo que debería ser el sistema educativo ni sobre sus transformaciones más necesarias en sintonía con los desafíos y las tendencias internacionales actuales y futuras.
Hace ya algunos años, en 2020, el Foro Económico Mundial presentó una iniciativa denominada Reskilling Revolution, que proponía ofrecer mejor educación, con la generación de nuevas habilidades y mejores oportunidades laborales para todo el mundo en 2030. Esta propuesta desarrolló una plataforma para preparar la nueva fuerza laboral brindando las habilidades que se requieren ante los avances tecnológicos más recientes.
Es evidente que el crecimiento de las nuevas tecnologías ha llegado a todos los campos y que, en el sector salud, por ejemplo, los cambios han sido realmente acelerados. Muchas actividades que tradicionalmente han desarrollado los profesionales, técnicos y auxiliares de la salud, podrían ser realizadas por dispositivos tecnológicos apoyados en Big Data, Machine Learning e Inteligencia Artificial. Estos cambios que, sin dudas, son grandes oportunidades, exigen que el talento humano esté a tono con los retos de interactuar de forma fluida y eficaz con dichas herramientas y tecnologías. Iniciativas como la de Reskilling Revolution, van en camino de ampliar el acceso a estas nuevas tecnologías y a que los profesionales y técnicos del sector salud, en este caso, adquieran las competencias indispensables para su correcta aplicación en beneficio de todos los ciudadanos.
Las transformaciones tecnológicas no se detienen y se hace urgente discutir cuáles son esas nuevas habilidades y competencias que deben incorporarse en todos los niveles de la educación en el país, partiendo del preescolar hasta llegar a las especializaciones, maestrías y doctorados. ¿Están hoy los planes de estudio adecuadamente orientados a fortalecer los conocimientos y las capacidades para utilizar correctamente estos avances tecnológicos?
En una etapa de grandes cambios y nuevos desafíos, no es claro que nuestro país tenga definidas las prioridades en la formación y que esté preparado para afrontar los retos que cada día se generan en todos los campos. Para el recurso humano en salud es imprescindible una incorporación de nuevos saberes y habilidades en el uso de grandes bases de datos, estadística avanzada, generación de modelos preventivos y predictivos de alta precisión, manejo de las herramientas de salud digital y las aplicaciones de la Inteligencia Artificial a la interacción con pacientes, que cambiará también la forma en la que se desarrollan las consultas y todas las interacciones con pacientes y familias. Ya se ha masificado el uso de dispositivos portátiles (wearables) que tienen el potencial de facilitar el cambio de hábitos para personas con riesgo o diagnóstico de enfermedades cardiovasculares y diabetes, entre otras.
El futuro del talento humano en salud y de sus condiciones laborales tendrá que pensarse entendiendo que, muchas de las formas de relacionamiento con los pacientes están en un proceso de transformación y que, para ello, es indispensable un cambio que va desde los niveles básicos de la formación, disponiendo de recursos técnicos así como de docentes debidamente capacitados, que puedan facilitar los cambios necesarios.
Es un gran reto que debemos asumir como sociedad. Para avanzar en este sentido debemos construir acuerdos y generar los espacios de discusión de estos temas que, frecuentemente pasan a un segundo plano ante la premura de las coyunturas económicas y políticas. La invitación es a que no se agote la agenda en los asuntos más inmediatos y a que gobierno, gremios e instituciones se dispongan al diálogo para tratar los asuntos de fondo en cuanto a la transformación educativa que requiere nuestro país.