En agosto de este año, se radicó para segundo debate en la Cámara de Representantes el proyecto de ley 166c de 2023, que busca reformar el Código Sustantivo del Trabajo y otras leyes que regulan las relaciones laborales en Colombia. El 17 de octubre, tras seis semanas de discusión, la Cámara aprobó el proyecto con 93 votos a favor y 13 en contra; ahora, el proyecto deberá pasar al Senado para su discusión final.
Como sucede con toda reforma, el proyecto ha generado debate en todos los sectores. Por un lado, se argumenta que la reforma mejorará las condiciones laborales y brindará estabilidad a los trabajadores. Por otro, hay quienes señalan que la reforma aumentará las cargas para los empleadores, afectando así el empleo formal. En el sector salud, esta discusión es particularmente relevante, ya que la reforma podría impactarlo de diversas maneras. Aunque tiene el potencial de mejorar las condiciones laborales del personal de salud, también podría elevar los costos del sistema, agravando el problema de sostenibilidad existente. Desde INNOS, se propone el siguiente análisis para contextualizar y plantear algunos interrogantes de cara a las próximas discusiones.
¿Qué está buscando el gobierno colombiano con la reforma laboral?
El gobierno colombiano argumenta que la reforma laboral es un paso necesario para actualizar la legislación vigente y adaptarla a las condiciones actuales del mercado de trabajo, al tiempo que se mejoran las condiciones de los trabajadores y se garantiza su estabilidad laboral.
Uno de los pilares de esta reforma es la regulación de nuevas formas de trabajo, como el teletrabajo y las actividades realizadas a través de plataformas digitales. En un contexto donde estas modalidades han ganado importancia, el gobierno busca crear mecanismos que aseguren que los trabajadores en estos sectores no vean comprometidos sus derechos. La intención es establecer modalidades de contratación que sean flexibles y adaptadas a la economía digital sin sacrificar la protección social.
La reforma también tiene como objetivo reducir la informalidad y el desempleo, especialmente en sectores vulnerables. Según el gobierno, la flexibilización laboral introducida por la Ley 789 de 2002 no logró su propósito de generar empleo formal; en cambio, incrementó la precarización laboral. Por ello, la propuesta actual busca fomentar la formalización laboral mediante el fortalecimiento de la estabilidad en el empleo y el combate a la subcontratación.
Otra justificación importante es la protección de los derechos de los trabajadores. La reforma contempla el aumento de las indemnizaciones por despido injustificado, el restablecimiento de los recargos nocturnos y dominicales, y medidas más estrictas contra la tercerización laboral injustificada. Para el gobierno, estas acciones son esenciales para recuperar el equilibrio en las relaciones laborales y proporcionar condiciones más justas para los trabajadores, especialmente aquellos que laboran en horarios nocturnos.
Además, la reforma busca cerrar las brechas de género y promover la inclusión social. Incluye medidas específicas para garantizar la igualdad de remuneración por trabajo de igual valor y para formalizar sectores desprotegidos, como el trabajo doméstico remunerado. También prevé protecciones adicionales para el trabajo comunitario y familiar, con un enfoque diferencial que considera las necesidades de diversos grupos poblacionales.
¿Cuáles son los posibles efectos de esta reforma en el sector salud?
El sector salud podría tener impactos importantes si la reforma es finalmente aprobada. Hay que tener en cuenta que ya desde la ley 2101 de 2021 se estableció la reducción gradual de la jornada laboral semanal a 42 horas. Esta modificación tiene efectos sobre hospitales, clínicas y centros de salud, pues obliga a muchas instituciones a reorganizar los horarios o contratar más personal, lo cual, aunque podría beneficiar a los trabajadores al ofrecerles un equilibrio laboral y mayor ingreso, representa un desafío financiero por mayores costos operativos.
Si a esto se le suma el restablecimiento de los recargos nocturnos y dominicales -contemplados en el texto de la reforma-, los cuales aumentarán gradualmente hasta alcanzar un 100% en 2026, las cargas financieras para las instituciones prestadoras de servicios de salud serían aun mayores. Esta medida, que beneficia a los trabajadores del sector salud que laboran en estos horarios, implica, sin embargo, un aumento en los costos para las instituciones, que deberán ajustar sus presupuestos para cumplir con estas obligaciones.
Finalmente, la reforma incluye medidas contra el acoso y la violencia laboral, con protecciones específicas para mujeres y otros grupos vulnerables. En el ámbito de la salud, donde el trabajo puede ser emocional y físicamente exigente, estas medidas son esenciales para garantizar un entorno laboral seguro y saludable.
¿Fue inclusivo el proceso de discusión de la reforma?
La discusión de la reforma en la Cámara de Representantes contó con la participación de diversos sectores de la sociedad, con aproximadamente 3,000 propuestas presentadas. Esto refleja una alta participación ciudadana e interés general en el tema. El gobierno se reunió con gremios, empresarios y trabajadores, y estableció canales para recibir opiniones y sugerencias de la ciudadanía. Sin embargo, no queda claro si las asociaciones y gremios del sector salud tuvieron una participación en estas discusiones. Esto plantea dudas sobre si se consideraron adecuadamente las particularidades de este sector tan complejo en el proceso de redacción y aprobación inicial.
Es fundamental que las necesidades del sector salud sean tenidas en cuenta, ya que las características del empleo en este ámbito podrían verse afectadas de manera significativa por los cambios en la normativa laboral.
¿Qué se espera del próximo debate en el Senado?
Tras su aprobación en la Cámara, el proyecto de ley ahora se dirigirá al Senado, donde será debatido en la Comisión Séptima. En esta fase, los senadores revisarán el contenido del proyecto y analizarán si es necesario realizar modificaciones que se ajusten mejor a las necesidades de sectores específicos. Este será un momento clave para que el sector salud exprese sus preocupaciones y proponga ajustes que le permitan adaptarse a los posibles cambios.
El debate en el Senado también ofrecerá una oportunidad para evaluar si algunas disposiciones de la reforma podrían afectar la sostenibilidad financiera de ciertas instituciones, especialmente las pequeñas clínicas y emprendimientos que no tienen la capacidad económica para realizar grandes ajustes.
¿Qué preguntas surgen a partir de esta reforma para el sector salud?
Conforme la reforma avanza en el Congreso, surgen interrogantes sobre su impacto en el sector salud: ¿Podrán las instituciones de salud ajustar sus presupuestos para asumir los nuevos costos laborales sin afectar la calidad del servicio? ¿Cómo se evitará que el aumento de costos laborales impulse una mayor informalidad, que es precisamente lo que esta reforma intenta reducir? ¿Se adapta esta reforma a las necesidades específicas del sector salud? ¿Afecta la reforma la sostenibilidad financiera del sistema de salud?
El proyecto de reforma laboral puede representar un paso adelante hacia la mejora de los derechos laborales en Colombia. No obstante, en sectores sensibles como el de la salud, los cambios deben implementarse considerando tanto el bienestar de los trabajadores como la sostenibilidad de las instituciones que los emplean. La reforma promete cambios importantes, pero también plantea desafíos que solo podrán superarse mediante un diálogo amplio y una planificación cuidadosa.