por INNOS | Dic 19, 2024 | Noticias
En medio de una de las mayores crisis financieras que ha enfrentado el sistema de salud colombiano, el Ministerio de Salud y Protección Social presenta su Política Pública del Talento Humano en Salud 2024-2034 para comentarios en consulta pública. Este documento, aunque ambicioso en su alcance, se aleja de la compleja realidad que viven a diario tanto el sistema como el personal de salud en todo el país. El diagnóstico es claro: el déficit de talento humano, las brechas en su distribución territorial y las condiciones laborales precarias son problemas estructurales que requieren intervención urgente. Sin embargo, lanzar una política de esta magnitud en un contexto donde los recursos financieros son insuficientes y la gobernabilidad del sistema está en entredicho, resulta un acto que puede distraer la atención de la urgencia de la sostenibilidad del sistema.
Uno de los pilares de esta política es el fortalecimiento de la Atención Primaria en Salud (APS), un enfoque que compartimos y que ha sido ampliamente reconocido como la base para garantizar un sistema equitativo y eficiente. Se plantean estrategias como la formación de equipos interdisciplinarios, la atracción de talento humano hacia zonas rurales y la implementación de modelos de formación integral y continua. Pero aquí surge la primera gran contradicción: ¿cómo garantizar la implementación efectiva de estas líneas estratégicas si el sistema no tiene los recursos para asegurar la continuidad de los pagos a prestadores y profesionales de salud?
Además, a lo largo del documento se hace referencia constante a líneas estratégicas que se encuentran definidas en el anexo técnico: Documento de Política Pública del Talento Humano en Salud 2024-2034. Esta fragmentación hace que sea difícil realizar un análisis profundo y completo de la propuesta, ya que el documento no es no describe en su cuerpo estrategias concretas y obliga a consultar múltiples documentos no estructurados en formato XL. La falta de acceso al anexo técnico mencionado impide evaluar las acciones concretas para cada línea estratégica, lo que debilita la transparencia y dificulta su comprensión para los actores involucrados en la formación y desarrollo del talento humano en salud.
Si bien el documento reconoce los desafíos estructurales del talento humano, no aborda con suficiente claridad cómo articular estas propuestas con la reforma a la salud que se debate en el Congreso. La reforma propone centralizar los servicios y recursos bajo un modelo estatizado, mientras que la política de talento humano parece depender de una articulación territorial y de alianzas con actores públicos y privados. La desconexión entre ambas iniciativas muchas inquietudes, por ejemplo: ¿cómo se financiarán las nuevas estrategias de formación y distribución si el modelo propuesto por la reforma compromete la sostenibilidad del sistema?
Por otro lado, la situación actual de las IPS y los profesionales que sostienen el sistema es crítica. Las deudas acumuladas por las EPS con hospitales y clínicas superan cifras alarmantes, llevando a circunstancias críticas de sostenibilidad a muchas instituciones. Esta falta de liquidez amenaza la prestación de servicios y ha precarizado las condiciones laborales del talento humano en salud. Mientras el documento menciona con énfasis la necesidad de ofrecer trabajo digno y decente, en la práctica, el personal de salud enfrenta contratos temporales, bajos salarios y condiciones de trabajo poco seguras, especialmente en zonas rurales y de difícil acceso, situación agravada hoy por la incertidumbre que viven muchas de las instituciones del sistema de salud de diferente índole. Es aquí donde la política pierde contacto con la realidad: no se puede hablar de “condiciones dignas y equitativas” cuando el propio sistema no tiene la capacidad financiera para responder a sus compromisos actuales.
Un aspecto crítico que la Política Pública del Talento Humano en Salud 2024-2034 pasa por alto es la grave brecha en la disponibilidad de especialidades médico-quirúrgicas, un problema que impacta profundamente la atención en salud en todo el territorio nacional. El documento no menciona estrategias específicas para abordar el déficit en especialidades y otras áreas esenciales que presentan una baja cobertura, especialmente en regiones rurales y apartadas. Este vacío es relevante, pues las especialidades médico-quirúrgicas son pilares del sistema de salud y, sin un plan claro para incentivar su formación, redistribución y retención, la política queda incompleta. Una respuesta integral debería incluir incentivos financieros y logísticos para los médicos en formación, además de alianzas entre universidades y hospitales que garanticen la ampliación de cupos y la creación de nuevas plazas en especialidades críticas.
Además, el documento aborda una visión tradicional del talento humano en salud, centrándose principalmente en los roles clínicos convencionales mientras ignora los campos emergentes que están transformando la forma en que se presta la atención en salud. Profesionales como bioingenieros, analistas de datos en salud, especialistas en inteligencia artificial aplicada, ingenieros sanitarios y gestores en innovación tecnológica son cruciales para enfrentar los desafíos contemporáneos del sistema. La ausencia de estrategias dirigidas a promover y desarrollar estas áreas limita la capacidad del sistema de adaptarse a las exigencias del siglo XXI.
Por otro lado, el documento promueve la ampliación del Servicio Social Obligatorio (SSO) y su rediseño como herramienta estratégica. Aunque esto podría cerrar algunas brechas de disponibilidad, la implementación carece de incentivos que garanticen su efectividad. Atraer y retener talento en zonas rurales no puede limitarse a propuestas normativas; se requieren incentivos financieros, acceso a tecnologías que faciliten su trabajo, y programas de soporte emocional ante la presión de trabajar en contextos complejos.
Adicionalmente, la política resulta ajena a la crisis de la educación superior, particularmente en relación con las dificultades que atraviesa el ICETEX. Esta crisis afecta el acceso a la educación superior de miles de estudiantes, incluidos aquellos que buscan formación en áreas de la salud. Las universidades privadas, que juegan un rol fundamental en la formación de profesionales de la salud en Colombia, no son mencionadas ni reconocidas como actores estratégicos. Desconocer esta realidad es contradictorio con el interés de fortalecer la formación del talento humano, especialmente cuando la educación superior privada representa una de las principales alternativas de acceso en regiones donde la oferta pública es insuficiente y donde la expansión de oferta por parte de las instituciones de alta calidad existentes es una de las oportunidades más obvias de atender el cierre de brechas que requiere la formación y oferta de talento humano en salud. En ese sentido, la universidades públicas también deben seguir fortaleciéndose en acceso, equidad, sostenimiento, calidad y sobre todo en el trabajo colaborativo con las universidades privadas.
Asimismo, en la política no se está abordando la ausencia de estrategias para la atracción del talento humano fugado del país. En los últimos años, la migración de profesionales altamente calificados ha aumentado debido a la falta de oportunidades, condiciones laborales inadecuadas y el contexto de incertidumbre económica. Recuperar este talento, así como posicionar a Colombia como un destino atractivo para la formación de profesionales extranjeros, podría mejorar la disponibilidad de talento humano local y contribuir al desarrollo académico y tecnológico del país.
Por otra parte, la política no aborda un tema central: las condiciones de regulación de la docencia-servicio y los mecanismos de financiamiento asociados a ella en Colombia. La formación de profesionales de la salud depende de un modelo en el que la relación entre universidades e instituciones prestadoras de servicios de salud (IPS) es clave. Sin embargo, este modelo enfrenta costos elevados, complejidad en los procesos de aprobación de cupos y trabas burocráticas impuestas por la Comisión Intersectorial de Talento Humano en Salud, integrada por los Ministerios de Salud y Educación.
Otro aspecto que merece atención es la gobernanza. El documento insiste en la necesidad de planificación, rectoría y monitoreo del talento humano, lo cual resulta acertado. Pero el contexto político actual añade una capa de incertidumbre. Aún hoy el país carece de un observatorio cierto que sustente las brechas de oferta de talento humano en los diferentes territorios. De otra parte, el manejo de la crisis ha generado serios cuestionamientos hacia el Ministro de Salud, hasta el punto de que su continuidad en la cartera ha sido puesta en duda. Esto no es un detalle menor. La implementación de políticas públicas requiere estabilidad política, continuidad en la gestión y liderazgo sólido.
Asimismo, preocupa la ausencia de estrategias innovadoras para preparar al talento humano en competencias emergentes. La formación debe alinearse con la transformación tecnológica global, incorporando programas robustos de reentrenamiento en áreas como medicina personalizada, inteligencia artificial, biotecnología y analítica de grandes datos en salud. Ignorar estos avances pone en riesgo la pertinencia y calidad de los profesionales formados en el país frente a las exigencias de un entorno cada vez más tecnificado y digital, proyectándose entonces desaprovechar las oportunidades de transformación e innovación que hoy concentran las estrategias de “re-skilling” de los equipos profesionales de salud en muchos países del mundo.
En medio de esta complejidad, es necesario que una política pública sobre el talento humano del sector tenga en cuenta el estado crítico del sistema de salud. Los pacientes con enfermedades de alto costo y crónicas sufren las consecuencias de un sistema que no puede garantizar tratamientos oportunos. Los hospitales están al borde del cierre, y el personal de salud, exhausto y subvalorado, continúa sosteniendo con sacrificio un sistema que cada vez le cuesta más sostenerse.
Así las cosas, la discusión de la Política Pública del Talento Humano en Salud debe aplazarse. Antes de hablar de estrategias a largo plazo, el gobierno debe priorizar la resolución de la crisis financiera que hoy amenaza la sostenibilidad del sistema de salud y garantizar que exista una visión integral y realista del talento humano. Es necesario que esta política sea reformulada, incorporando estrategias que respondan a los desafíos de la educación superior, las nuevas tecnologías, y la movilidad internacional del talento humano, mientras aborda las barreras burocráticas y financieras que limitan el desarrollo de la docencia-servicio en el país.
Recomendaciones
La formulación de una Política Pública del Talento Humano en Salud debe partir de un proceso profundamente técnico, inclusivo y colaborativo, que permita integrar las múltiples perspectivas de los sectores académico, público y privado en todos los niveles de la educación terciaria. Es indispensable que esta política refleje las necesidades reales del sistema de salud colombiano y cuente con el respaldo de los actores clave para garantizar su implementación efectiva. A continuación, presentamos recomendaciones propositivas para guiar esta discusión:
- Articulación entre formación y necesidades del sistema de salud
Incorporar un análisis detallado del déficit de especialidades médico-quirúrgicas y diseñar estrategias específicas para cerrarlo, incluyendo incentivos financieros, logísticos y educativos para los profesionales en formación. Ampliar la oferta de especialidades debe ser una prioridad, especialmente en regiones donde la falta de especialistas limita la capacidad resolutiva del sistema.
- Ampliación de la perspectiva del talento humano
Reconocer y promover la importancia de los campos emergentes del talento humano en salud, como bioingenieros, analistas de datos en salud, expertos en inteligencia artificial aplicada, ingenieros sanitarios y gestores en innovación tecnológica. Estos perfiles son fundamentales para abordar los retos contemporáneos y deben ser incluidos como actores estratégicos en la política de talento humano.
- Fortalecimiento de la docencia-servicio y su financiamiento
Abordar las barreras estructurales relacionadas con la regulación de la docencia-servicio, incluyendo los costos asociados y los procesos burocráticos de aprobación de cupos. Es necesario establecer mecanismos de financiación sostenibles y ágiles que permitan a las universidades y a las instituciones prestadoras de servicios de salud cumplir con su rol en la formación de talento humano.
- Alineación con la educación superior y sus desafíos actuales
Considerar las dificultades del ICETEX y su impacto en el acceso a la educación superior, especialmente para estudiantes de áreas rurales y disciplinas de salud. La política debe incluir estrategias para mitigar estas barreras, reforzando el papel de las universidades privadas como actores clave en la formación de talento humano en salud.
- Estrategias para la atracción y retención de talento humano
Diseñar programas que promuevan el retorno del talento humano migrado y posicionen a Colombia como un destino atractivo para la formación de profesionales de otros países. Esto no solo aumentaría la disponibilidad local de talento, sino que también fortalecería el sistema educativo y la capacidad tecnológica del país.
- Innovación en la formación y reentrenamiento
Incorporar tecnologías digitales y estrategias innovadoras en los programas de formación y educación continua, adaptando al talento humano a un sistema de salud híbrido que combine atención presencial y virtual. Esto incluye el reentrenamiento en áreas como inteligencia artificial, medicina personalizada, biotecnología y analítica de datos, esenciales para la modernización del sistema.
- Estructura accesible y autocontenida del documento de política
Garantizar que la política sea un documento autocontenido, evitando referencias fragmentadas a anexos técnicos no disponibles. Una estructura clara y completa facilitará su análisis, comprensión y discusión por parte de los actores involucrados.
- Un enfoque colaborativo y multisectorial
Convocar un espacio de diálogo amplio, técnico y participativo que incluya a las universidades, colegios profesionales, asociaciones científicas, IPS, EPS, gobiernos locales y actores internacionales. Este enfoque permitirá construir una política representativa, con base en evidencia y adaptada a las necesidades de todos los actores del sistema.
- Plan de implementación con priorización de acciones urgentes
Establecer un plan de implementación escalonado que priorice acciones inmediatas para responder a la crisis actual, mientras desarrolla estrategias a largo plazo. Esto incluye garantizar la sostenibilidad financiera del sistema de salud y el fortalecimiento institucional necesario para implementar la política.
- Monitoreo y evaluación participativa
Diseñar un sistema de monitoreo y evaluación continua, con indicadores claros y acceso a información pública. Este sistema debe incluir la participación activa de la academia y los actores del sector para asegurar que los avances sean medibles, transparentes y alineados con los objetivos propuestos.
A manera de conclusión, resaltamos que la construcción de una política de talento humano en salud debe ser un proceso participativo e integral, donde la colaboración entre los sectores público, privado y académico asegure una política que no solo sea técnicamente sólida, sino también ampliamente representativa. Estas recomendaciones buscan orientar un debate profundo y propositivo, generando una política que responda a los desafíos actuales y proyecte un futuro sostenible y equitativo para el sistema de salud colombiano.
Colombia necesita una política de talento humano que sea más que un marco teórico. Debe ser una herramienta real, respaldada por recursos concretos, estabilidad institucional y un compromiso firme con la transformación estructural que el sistema de salud demanda. Mientras no se resuelvan las urgencias inmediatas, esta política corre el riesgo de ser un ejercicio estéril, desconectado de las prioridades que el país necesita enfrentar hoy.
por INNOS | Dic 13, 2024 | Noticias
Bogotá, 10 y 11 de diciembre de 2024 – Con el objetivo de diseñar soluciones concretas y colaborativas a los retos de sostenibilidad del sistema de salud colombiano, más de 60 actores clave del sector se reúnen en la Solveathon en Salud, una iniciativa impulsada por el Hub iEX de la Universidad El Bosque, INNOS, y la ANDI, con el apoyo de AFIDRO, el MIT, la Comunidad Healthtech Colombia, Innpulsa, AWS y Roche.
Durante estos dos días, líderes del sector público, privado y académico, junto a expertos en innovación, emprendedores y otros actores del sector salud, se encuentran trabajando en soluciones para los desafíos más urgentes del sistema. La agenda del evento se centra en dos áreas críticas: el diseño de modelos de riesgo compartido y la exploración de modelos innovadores de financiamiento que puedan garantizar la sostenibilidad del sistema a largo plazo.
El Solveathon en Salud se desarrolla en un contexto marcado por intensas discusiones sobre la reforma al sistema y los retos asociados a la actual crisis financiera y operativa que enfrenta el sector. Más allá de la crítica, esta iniciativa es una respuesta constructiva y propositiva multiactor que surge de la colaboración multisectorial para avanzar hacia alternativas de un sistema que pueda garantizar los derechos de los colombianos.
“Estamos convencidos de que iniciativas como la Solveathon son fundamentales para movilizar las capacidades y conocimientos del sector hacia la búsqueda de soluciones que impacten positivamente la vida de los colombianos y la sostenibilidad del sistema de salud,” señaló el Dr. Carlos Felipe Escobar, Director de INNOS y del HubiEX de la Universidad El Bosque.
Entre las propuestas destacadas que están emergiendo en este espacio se encuentra la idea de implementar Bonos Blancos para la Salud, una solución inspirada en los bonos verdes del sector ambiental, como un instrumento financiero innovador que permitiría atraer inversión hacia proyectos de alto impacto en salud, como programas de prevención, manejo de enfermedades crónicas y desarrollo de infraestructura sanitaria. Otras soluciones incluyen plataformas unificadas para la creación de Centros de Excelencia en enfermedades de alto costo, con el objetivo de optimizar recursos y mejorar los desenlaces clínicos. También se proponen mecanismos de pago por resultados específicos para enfermedades huérfanas, apoyados en inteligencia artificial para garantizar su implementación efectiva.
Adicionalmente, se están explorando modelos de financiamiento innovadores, como fondos multilaterales autosostenibles y estrategias para alinear la asignación de recursos con las necesidades epidemiológicas cambiantes. Estas ideas se complementan con herramientas de monitoreo y transparencia que buscan fortalecer la confianza entre los actores del sistema, así como con iniciativas para la implementación de seguros especializados y el uso de inteligencia artificial y Big Data para optimizar la cooperación internacional en salud.
Estas soluciones, desarrolladas en un marco de colaboración y creatividad, representan un esfuerzo conjunto por transformar el sistema de salud colombiano en un modelo más resiliente y centrado en el bienestar de los ciudadanos. Al culminar la Solveathon, las propuestas serán refinadas y presentadas ante tomadores de decisión, como un aporte proactivo y fundamentado a las discusiones sobre la reforma y sostenibilidad del sector.
Para mayor información: coordinacion@innos.co
por INNOS | Dic 10, 2024 | Noticias
La situación financiera del sistema de salud colombiano continúa deteriorándose como consecuencia de fallas estructurales no resueltas y presiones emergentes. A los históricos problemas de deudas acumuladas y la falta de acuerdos entre el gobierno, las EPS y las IPS sobre los pasivos existentes, se suman decisiones gubernamentales recientes que han incrementado el déficit. Medidas relacionadas con el cálculo de la Unidad de Pago por Capitación (UPC) y la asignación de Presupuestos Máximos (PM), en un contexto de incremento de los costos, han llevado al sistema a gastar más de lo que recibe.
Este panorama se da en un escenario marcado por un nuevo intento del gobierno de reformar el sistema de salud, después de que la primera propuesta fuera archivada por la comisión séptima del Senado en abril de 2024. Recientemente, se presentó un nuevo proyecto al Congreso que busca resolver las problemáticas del sistema, incluyendo las financieras. Sin embargo, varios analistas han señalado que las reformas propuestas no garantizan la solución de los problemas estructurales y, en algunos casos, podrían incluso agravarlos.
Desde INNOS, consideramos necesario aportar un análisis para enriquecer el debate. Es fundamental que los tomadores de decisiones y los actores clave cuenten con información suficiente que les permita orientar sus acciones hacia el beneficio colectivo. La sostenibilidad financiera no es solo un tema técnico; es un elemento fundamental de la equidad, la eficiencia y la calidad en la prestación de servicios. Cuando un sistema de salud no es sostenible financieramente, los más afectados son los usuarios y pacientes, quienes deben asumir mayores costos de su bolsillo o, en el peor de los casos, limitar el acceso a los servicios indispensables. Por ello, presentamos este análisis con el objetivo de contribuir a decisiones informadas que fortalezcan el sistema de salud y garanticen su sostenibilidad en el tiempo.
¿Cuál es la situación financiera del sistema de salud?
En primer lugar, es importante señalar que el sistema de salud colombiano enfrenta un déficit acumulado que amenaza la continuidad en la prestación de los servicios. Según un estudio realizado por ANIF y Afidro, entre 2022 y 2024 el sistema acumuló un desbalance de 19,7 billones de pesos, lo que representa un serio problema para garantizar la sostenibilidad del sistema y, por tanto, la adecuada prestación y acceso a los servicios de salud. Según ese mismo estudio, este panorama pone en especial riesgo a más de 15 millones de personas en situación de pobreza, quienes dependen directamente del régimen subsidiado para acceder a la atención. Esto, desde luego, supone un reto enorme en términos de equidad, la cual es considerada como uno de los principales logros del sistema en los últimos 30 años.
Una de las principales causas de este déficit es la subestimación de la UPC, que es el valor que el Gobierno colombiano paga a las EPS por la atención en salud de cada afiliado. Desde 2021, los aumentos decretados para la UPC han sido insuficientes para cubrir los costos reales de los servicios de salud. En 2024, por ejemplo, ésta debía incrementarse en un 15,6% para reflejar el aumento en los costos; sin embargo, el Gobierno solo autorizó un ajuste del 12%. Esta brecha genera un faltante de recursos para las EPS, limitando su capacidad de brindar una atención adecuada y aumentando, en consecuencia, las barreras de acceso a los servicios de salud.
Por supuesto, el déficit del sistema también está estrechamente relacionado con los problemas económicos de las EPS, cuyo patrimonio ha disminuido significativamente en los últimos años. En 2023, varias EPS, incluidas algunas de las más grandes del país, experimentaron una marcada reducción en su patrimonio debido al incremento de las deudas acumuladas y a la creciente presión por la demanda de servicios. Esta situación ha llevado al Gobierno a intervenir algunas EPS con serios problemas financieros, llegando incluso a casos de liquidación. Estas intervenciones generan un impacto significativo en el sistema, ya que los usuarios deben ser trasladados a otras EPS, lo que incrementa aún más la presión financiera sobre estas últimas. Además, la gestión ineficiente de los recursos por parte de algunas EPS ha agravado su situación económica, generando deudas acumuladas, problemas de liquidez y un deterioro patrimonial que repercute directamente en la calidad de la atención prestada. Esto genera incertidumbre, minando la confianza entre todos los actores involucrados.
Otro factor que ha afectado las finanzas es la insuficiencia de los PM, destinados a pagar la atención de enfermedades huérfanas y de alto costo, así como otros procedimientos y servicios no cargados a la UPC. Se estima que solo en 2024 hay un faltante de 1,9 billones de pesos, mientras que entre 2022 y 2024 el déficit acumulado asciende a 4,6 billones de pesos. Esta brecha limita el acceso a tratamientos esenciales para pacientes con enfermedades complejas, poniendo en riesgo su calidad de vida y, en muchos casos, su supervivencia.
De acuerdo con la revista Cambio, cerca de 90.000 pacientes con enfermedades huérfanas en Colombia enfrentan serias dificultades debido a la falta de financiamiento y al desabastecimiento de medicamentos. Organizaciones como Fecoer y Enhu, que agrupan a 73 asociaciones de pacientes, han expresado una profunda preocupación por la crisis que atraviesa el sistema de salud. Esta crisis se refleja en el desfinanciamiento, el desabastecimiento y los obstáculos crecientes para que los pacientes con enfermedades accedan a tratamientos. Al final, la falta de recursos ha generado escasez de medicamentos, cancelación de citas y aumento en los tiempos de espera para la atención médica.
Hay que tener en cuenta que esta situación se da en un contexto de aumento de la demanda de servicios de salud. El envejecimiento de la población y la mayor prevalencia de enfermedades crónicas provocan un incremento en la solicitud de atenciones en todos los niveles. Este aumento no ha sido acompañado por un incremento proporcional en los recursos del sistema, lo que ha generado presiones financieras adicionales. El estudio de ANIF menciona que la cobertura de la mayoría de los afiliados está a cargo de las EPS más grandes, que también son las que más usuarios reciben por traslados. Según el portal Sectorial, en 2023, la relación entre costos e ingresos en el aseguramiento arrojó una siniestralidad de 104,9% y, al analizar la siniestralidad combinada con los gastos, esta subió al 109,5% para todo el sistema. El comportamiento de la siniestralidad es una consecuencia de la insuficiencia de la Unidad del Pago de Capitación y de su pérdida de valor en términos reales.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias de esta difícil situación?
Las dificultades financieras que enfrenta actualmente el sistema de salud pueden tener profundas repercusiones en la calidad y el acceso a los servicios. Además, el déficit ascendente podría desestabilizar el funcionamiento del sistema, afectando negativamente su organización y las capacidades desarrolladas por los diferentes actores en los últimos años. Si no se implementan medidas oportunas y específicas, las consecuencias podrían ser graves tanto para los pacientes como para los usuarios, minando la confianza en el sistema y ampliando las brechas de inequidad.
En primer lugar, la falta de recursos y la presión financiera sobre las instituciones prestadoras de servicios de salud pueden traducirse en un deterioro significativo de la calidad de atención. Esto se refleja, por ejemplo, en el aumento de la mortalidad hospitalaria, ya que la sobrecarga de trabajo y el cierre de servicios dificultan que los equipos médicos brinden una atención adecuada y oportuna. Asimismo, la reducción de la oferta de servicios limita la atención integral que los pacientes necesitan.
Por otro lado, el acceso a los servicios de salud también se ve gravemente afectado. Muchas personas, especialmente en zonas rurales y comunidades vulnerables, podrían quedar sin acceso a servicios esenciales debido al cierre de prestadores de baja y media complejidad. La disminución de la capacidad del sistema genera tiempos de espera más prolongados; un ejemplo de esto es el caso de Medimás, donde los tiempos de espera aumentaron en un 14,4 % tras su intervención. Adicionalmente, los pacientes enfrentan mayores costos relacionados con el traslado hacia lugares alejados para recibir atención médica, lo que incrementa los gastos y desincentiva la prevención de enfermedades. Esto último puede llevar al agravamiento de condiciones crónicas que requieren un manejo continuo para garantizar la salud y la calidad de vida de los pacientes.
Otro problema que puede surgir de esta crisis es la concentración del mercado. La salida de varios prestadores reduce la competencia, lo que facilita que las pocas instituciones restantes incrementen los costos de la atención, haciendo el sistema menos accesible. También se puede presentar un desabastecimiento generalizado de medicamentos esenciales. En este sentido, el Invima reportó el desabastecimiento de 13 medicamentos de alto costo y el riesgo de desabastecimiento de otros 9.
Finalmente, la crisis financiera está llevando a la cancelación de servicios neurálgicos, como cirugías, las cuales han aumentado un 30,7% en cancelaciones por falta de recursos en las instituciones prestadoras. Esta situación pone en peligro la vida de pacientes que necesitan intervenciones inmediatas. Además las continuas dificultades en el acceso y la incertidumbre, está llevando a muchos usuarios a contratar planes de medicina prepagada y seguros de salud, una situación que incrementa el gasto de bolsillo y genera incentivos en los prestadores que pueden terminar afectando el sistema financiado con recursos públicos.
¿Cuáles son los principales retos para el 2025?
En el 2025, el sistema de salud colombiano enfrenta el reto de garantizar su sostenibilidad financiera frente a un creciente déficit acumulado. Para abordar este desafío, es fundamental ajustar el cálculo de la UPC, de tal manera que refleje los costos reales de los servicios, así como la demanda creciente. Además, es necesario incorporar mecanismos de ajuste por riesgo que aseguren una distribución equitativa de los recursos. Paralelamente, se deben explorar nuevas fuentes de financiamiento y fortalecer las herramientas de información y auditoría para prevenir la corrupción y los malos manejos de los recursos públicos. En este sentido, mejorar la transparencia y desarrollar sistemas de información operativos permitirá a todos los actores del sistema monitorear su gestión de manera efectiva.
Sin embargo, inyectar más recursos no será suficiente si no se garantiza su uso eficiente e innovador. Esto requiere promover esquemas de pago basados en resultados, que incentiven un uso racional de los recursos. Asimismo, es indispensable mejorar la distribución del talento humano en salud para garantizar una atención oportuna y equitativa en todas las regiones del país. En el ámbito de los medicamentos, es deseable implementar estrategias para fortalecer la producción nacional, negociar precios más accesibles y establecer un sistema eficiente de monitoreo del abastecimiento.
Por último, tal como lo han señalado diversos analistas, es prioritario fortalecer las estrategias de atención primaria. Estas estrategias pueden contribuir con la reducción de la demanda de servicios de alta complejidad y permitir la detección temprana de enfermedades, lo que facilita intervenciones oportunas y más costo-efectivas. Estas acciones deben complementarse con modelos de financiamiento innovadores que involucren a todos los actores del sistema, alineando sus intereses mediante incentivos adecuados y promoviendo la generación de valor compartido.
Solo a través de una estrategia integral, que combine sostenibilidad financiera, eficiencia en el uso de recursos y fortalecimiento de la atención primaria, será posible enfrentar los desafíos actuales y construir un sistema de salud más sólido, equitativo y sostenible para todos los colombianos.
por INNOS | Dic 5, 2024 | Noticias
5 de diciembre de 2024 | Bogotá, Colombia | Según datos de la OMS, más de dos mil millones de personas carecen de acceso a productos médicos esenciales, una situación que afecta particularmente a los países en desarrollo donde las barreras regulatorias son uno de los factores que limitan la disponibilidad de tratamientos seguros y eficaces.
Las Buenas Prácticas Regulatorias (BPR) son un conjunto de principios clave para el fortalecimiento de los sistemas de regulación de medicamentos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha destacado que sistemas regulatorios sólidos son esenciales para superar barreras en el acceso a productos médicos de calidad y avanzar hacia metas globales como la cobertura universal en salud.
Todos los medicamentos deben pasar por una aprobación regulatoria, y en América Latina, las agencias reguladoras nacionales (encargadas de esta aprobación), todavía enfrentan grandes desafíos. Tomando en cuenta esos retos, y la necesidad de continuar fortaleciendo los sistemas regulatorios de productos farmacéuticos de la región como una prioridad estratégica para mejorar los resultados en salud pública, FIFARMA[1] e INNOS[2], desarrollaron un estudio integral para evaluar la adopción de las Buenas Prácticas Regulatorias (BPR) según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ofrece una guía clara sobre cómo deben estructurarse y operar los sistemas regulatorios, destacando la transparencia, independencia y flexibilidad en los procesos de aprobación de medicamentos.
Este informe, que evalúa la adopción de las BPR en 8 países de la región: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México y Perú, busca ofrecer recomendaciones clave ante las necesidades específicas de cada país para fortalecer sus sistemas regulatorios. Además, propone estrategias para garantizar procesos regulatorios más eficientes y previsibles.
Principales hallazgos
El informe se basa en una encuesta realizada a expertos en asuntos regulatorios en los 8 países previamente mencionados. En total, se recibieron 240 respuestas, principalmente de laboratorios multinacionales (65%) y nacionales (7.1%), además de consultores en servicios regulatorios (14.6%) y representantes de autoridades regulatorias nacionales (2.1%). La encuesta destaca el alto nivel de experiencia de los participantes, ya que el 44% reportó tener 16 años o más de trayectoria en el sector farmacéutico, con especializaciones en Asuntos Regulatorios (45.5%) y Farmacovigilancia (19.5%), asegurando que los hallazgos reflejan perspectivas bien fundamentadas y con un profundo conocimiento técnico.
Para evaluar la implementación de las Buenas Prácticas Regulatorias, se utilizó una escala de 0 a 100 para medir el nivel de adopción, clasificándose en tres categorías: Básico (implementación inicial), Intermedio (progresos significativos con áreas pendientes) y Avanzado (principios completamente integrados y aplicados de manera consistente). Este enfoque metodológico permitió identificar con claridad los avances y desafíos en la implementación de las BPR en la región, proporcionando una base sólida para priorizar esfuerzos y fortalecer los sistemas regulatorios.
Los resultados muestran que, aunque más del 60% de los organismos tienen un nivel intermedio en la adopción de estas prácticas, menos del 20% han alcanzado un nivel avanzado en principios clave como flexibilidad y eficiencia. Por ejemplo, en el principio de legalidad, los puntajes van desde 44.4 en Colombia hasta 75.0 en Brasil, mientras que en eficiencia, las puntuaciones oscilan entre 56.8 en Colombia y 67.1 en México y Costa Rica.
Además, solo el 15% de los países han alineado sus regulaciones con estándares internacionales, lo que dificulta la llegada de tratamientos innovadores y retrasa la respuesta ante emergencias de salud pública. Países con menores niveles de implementación enfrentan procesos regulatorios que pueden extenderse hasta dos años más, limitando la capacidad de los sistemas de salud para responder eficazmente a las necesidades críticas de la población.
Por otro lado, los habilitadores de las BPR también presentan grandes desafíos. La región muestra un bajo nivel de recursos financieros sostenibles, con un puntaje promedio de 45.9, y una progresión media en recursos humanos competentes (52.9). Sin embargo, áreas como ética institucional (63.7) y transparencia (61.4) reflejan un progreso significativo en la región, destacando el compromiso de los países en la mejora continua.
“Este informe evidencia la importancia de las BPR como motor de sistemas regulatorios más sólidos y eficaces, fundamentales para garantizar la seguridad y salud de los pacientes en América Latina. Nuestra alianza con INNOS refuerza el compromiso que tenemos de seguir avanzando hacia un sistema regulatorio que permita un acceso más oportuno y equitativo a tratamientos innovadores”- afirmó Diego Salas, Director de Asuntos Regulatorios de FIFARMA.
La adopción de las BPR permitirá a los sistemas de salud en América Latina responder con mayor eficacia a las necesidades de los pacientes, acelerar el acceso a medicamentos esenciales y garantizar su sostenibilidad a largo plazo. Este esfuerzo conjunto entre FIFARMA e INNOS marca un primer paso para fomentar la colaboración entre gobiernos, autoridades regulatorias y la industria farmacéutica, con el objetivo de beneficiar a millones de personas en la región.
Consulta más detalles y accede al estudio en: https://www.observatoriobpr.com/
Revive la transmisión del webinar del lanzamiento: https://www.youtube.com/playlist?list=PL_5uk31088eOPhXaASFHomfPTXussmSgn
[1] Federación Latinoamericana de la Industria Farmacéutica
[2] Instituto de Prospectiva e Innovación en Salud
por INNOS | Nov 22, 2024 | Noticias
Los sistemas de salud en todo el mundo están enfrentando desafíos sin precedentes. El aumento en la demanda de servicios de salud, las persistentes inequidades y los recursos limitados subrayan la urgente necesidad de soluciones transformadoras. En este contexto, la innovación en ciencias de la vida emerge como un faro de oportunidad, prometiendo abordar desafíos críticos de salud mientras fomenta la equidad y la sostenibilidad.
Sin embargo, la innovación no ocurre de manera aislada. Su éxito depende de un ecosistema que fomente la colaboración, invierta en infraestructura fundamental y cree un entorno político propicio para la experimentación y la escalabilidad. La Cumbre GTIPA 2024 proporcionó una plataforma para explorar estas dinámicas. A través de su panel, “Políticas para Impulsar la Innovación en las Ciencias de la Vida y la Prestación de Servicios de Salud”, los expertos compartieron perspectivas sobre la construcción de ecosistemas de innovación efectivos, el fomento de la transferencia equitativa de tecnología y el aprovechamiento de la propiedad intelectual para cerrar la brecha entre la investigación y el impacto social.
La Cumbre GTIPA 2024, celebrada en Nueva Delhi, India, significó una plataforma excepcional para explorar estas dinámicas. Este evento global reunió a líderes de pensamiento, formuladores de políticas y expertos para discutir estrategias que fomenten la innovación en diversos sectores. Una de sus discusiones fundamentales, el panel titulado “Políticas para Impulsar la Innovación en las Ciencias de la Vida y la Prestación de Servicios de Salud”, contó con distinguidos panelistas:
• Mark Schultz, Titular de la Cátedra Goodyear en Derecho de Propiedad Intelectual, Universidad de Akron Facultad de Derecho, e Investigador Senior en Geneva Network, quien aportó profundas perspectivas sobre propiedad intelectual e innovación.
• Ankur Mutreja, Director de Estrategia, Alianzas y Comunicaciones en PATH, ofreciendo perspectivas sobre asociaciones globales de salud y soluciones escalables.
• Manish Diwan, Jefe de Alianzas Estratégicas y Desarrollo Empresarial en BIRAC, Departamento de Biotecnología, Gobierno de India, quien destacó la experiencia de India en el fomento de la innovación biotecnológica.
• Colin Jamora, Profesor en la Universidad Shiv Nadar, compartiendo perspectivas académicas y científicas sobre el avance en la prestación de servicios de salud.
El panel fue moderado por el Dr. Carlos Felipe Escobar, Director de INNOS, cuya experiencia en ecosistemas de innovación y sistemas de salud proporcionó un marco cohesivo para las discusiones. Esta nota resume las principales perspectivas y recomendaciones compartidas durante el panel, destacando tanto las oportunidades como las acciones necesarias para dar forma al futuro de la innovación en salud. Sirve como guía para las partes interesadas que buscan aprovechar la innovación en ciencias de la vida para una prestación de servicios de salud equitativa y sostenible.
Construyendo Ecosistemas de Innovación Dinámicos
En el centro de cualquier esfuerzo exitoso de innovación se encuentra un ecosistema dinámico. Estos ecosistemas no son meras redes de actores, sino sistemas integrados donde la academia, el gobierno, la industria y las organizaciones sin fines de lucro colaboran hacia objetivos compartidos. Los panelistas enfatizaron que la colaboración es indispensable, siendo las asociaciones público-privadas un pilar fundamental para el éxito.
La inversión pública juega un papel catalizador en la investigación temprana, particularmente en áreas que requieren compromisos a largo plazo como las ciencias básicas. Sin embargo, a medida que las innovaciones maduran, el financiamiento privado se vuelve crítico para escalar y traducir la investigación en soluciones listas para el mercado. Por ejemplo, el desarrollo de centros biotecnológicos e incubadoras en India ha demostrado ser efectivo en el fomento de clústeres especializados de innovación. Estos clústeres no solo concentran recursos y experiencia, sino que también permiten intervenciones más enfocadas en desafíos prioritarios de salud, como enfermedades crónicas y desigualdades en el acceso a la atención médica.
Un tema recurrente fue la necesidad de un liderazgo gubernamental que empodere en lugar de controlar. Los gobiernos deben señalar las necesidades sociales para orientar las prioridades del ecosistema e invertir en infraestructura habilitadora como plataformas de datos, instalaciones de prueba y espacios regulatorios de experimentación. Sin embargo, también deben permitir espacio para que otros actores innoven libremente, creando un entorno equilibrado de co-liderazgo.
Fortaleciendo la Transferencia de Tecnología para la Equidad en Salud
La transferencia de tecnología es un puente crítico entre el laboratorio y el mundo real. Sin mecanismos efectivos para transferir conocimiento e innovaciones, incluso la investigación más revolucionaria corre el riesgo de volverse irrelevante. Los panelistas destacaron que la transferencia equitativa de tecnología es esencial para asegurar que las innovaciones lleguen a las poblaciones desatendidas y aborden las disparidades globales en salud.
La infraestructura y los marcos de políticas juegan un papel fundamental en facilitar la transferencia de tecnología. Los ejemplos exitosos incluyen colaboraciones entre países de altos y bajos ingresos donde los recursos compartidos y la experiencia han acelerado la adopción de nuevas tecnologías. Sin embargo, persisten los desafíos. El acceso limitado a datos del mundo real, el financiamiento insuficiente para programas piloto y la falta de coordinación entre actores continúan obstaculizando el progreso.
La colaboración global ofrece un camino para superar estas barreras. Al fomentar plataformas para el intercambio de datos y asociaciones transfronterizas, los países pueden crear un entorno donde las innovaciones sean más accesibles y adaptables. Los panelistas también enfatizaron la importancia de apoyar a actores más pequeños, como startups e instituciones de investigación, proporcionando acceso a instalaciones avanzadas y mecanismos de financiamiento.
La especialización dentro de los ecosistemas fue otro punto importante. Los clústeres que se enfocan en áreas específicas, como salud digital o biomanufactura, no solo mejoran la eficiencia sino que también aseguran que las innovaciones estén adaptadas a las necesidades locales y regionales.
La Propiedad Intelectual como Impulsor de la Innovación
La propiedad intelectual (PI) es tanto un catalizador para la innovación como una herramienta para fomentar la colaboración global. Los sistemas sólidos de PI incentivan las inversiones en investigación y desarrollo al asegurar que los innovadores puedan cosechar los beneficios de su trabajo. Los países de ingresos bajos y medios a menudo enfrentan desafíos para acceder a innovaciones críticas debido a políticas restrictivas de PI. Para abordar esto, el panel abogó por enfoques colaborativos como acuerdos de licencias voluntarias, consorcios de patentes y modelos de innovación abierta. Estos mecanismos equilibran la necesidad de protección con el imperativo de asequibilidad y accesibilidad.
También se enfatizó el papel de la PI en la construcción de confianza. Las políticas de PI claras y transparentes proporcionan la base para asociaciones entre diversas partes interesadas, permitiendo esfuerzos colaborativos para abordar prioridades compartidas en salud. Los panelistas señalaron que tales marcos deben alinearse con objetivos de equidad global para asegurar que las innovaciones beneficien a todos, no solo a unos pocos privilegiados. Las discusiones durante el panel GTIPA subrayaron que el futuro de la innovación en salud depende de ecosistemas que sean tanto dinámicos como inclusivos. Construir tales ecosistemas requiere colaboración entre sectores, inversiones estratégicas en infraestructura y políticas que equilibren la protección con la equidad.
Perspectivas y Llamados a la Acción:
- Fortalecer los marcos de PI para atraer inversión mientras se asegura el acceso equitativo a las innovaciones.
- Fomentar la colaboración global a través de plataformas para compartir datos y asociaciones transfronterizas.
- Invertir en infraestructura habilitadora, incluyendo plataformas de datos del mundo real e instalaciones avanzadas de prueba.
- Empoderar a los actores más pequeños proporcionando financiamiento y acceso a recursos especializados.
- Conectar la investigación con la aplicación alineando la investigación básica con las necesidades sociales.
por INNOS | Nov 22, 2024 | Noticias
La innovación en salud es fundamental para abordar las necesidades cambiantes de los pacientes y fortalecer los sistemas de salud, sin embargo, declaraciones recientes del director del INVIMA han generado debate sobre el valor y acceso a la innovación en nuestro país. En esta nota, como Director de INNOS, presentaré argumentos que respaldan la importancia de la innovación, la propiedad intelectual y la colaboración global en salud, basándome en datos verificables y estudios de referencia.
- Costo de los Medicamentos para Enfermedades Raras y su Naturaleza.
- Declaración de Rossi: “La categoría de enfermedades raras… tiene particularidades desde el marketing que hacen que sea el tipo de medicamentos para pequeños grupos de población y, en general, son de altísimo costo“
- Argumento basado en evidencia: Los medicamentos para enfermedades raras son costosos debido a los elevados gastos en investigación y ensayos clínicos requeridos para su desarrollo. Estas terapias están diseñadas para cubrir necesidades médicas específicas y no están motivadas por el “marketing”. Según la Agencia Europea de Medicamentos, el desarrollo de estos fármacos puede requerir hasta 15 años de investigación y pruebas clínicas, lo que refleja su valor como opciones de tratamiento únicas y potencialmente salvavidas para pacientes sin alternativas (EMA, 2023).
- En relación a los Principios de Buenas Prácticas Regulatorias: La OMS recomienda que, como buena práctica, la regulación de productos médicos debe guiarse por los principios de coherencia, que implica la aplicación de regulaciones de manera homogénea, y de transparencia, que es esencial para fomentar la confianza del público y favorecer la cooperación internacional. Por ello se recomienda que la agencia reguladora no aplique criterios particularizados a áreas terapéuticas como las enfermedades raras y que existen mecanismos multilaterales que favorecen el acceso a las innovaciones que se requieren para estos pacientes con necesidades específicas.
- Perspectiva gubernamental ideal: El gobierno debería comprender que los altos costos de los medicamentos para enfermedades raras se deben principalmente a los complejos y costosos procesos de investigación y desarrollo necesarios para atender a poblaciones pequeñas con necesidades urgentes, no a estrategias de mercadeo. Las políticas y marcos regulatorios deberían enfocarse en facilitar la investigación y el acceso a estos tratamientos, promoviendo la equidad y el derecho a la salud de quienes padecen enfermedades huérfanas.
- Referencia: El informe de PINNOS 2024 destaca la importancia de la innovación en enfermedades crónicas y raras para mejorar la calidad de vida y fortalecer el sistema de salud en Colombia.
- Costo y Accesibilidad de Medicamentos Innovadores en Países en Desarrollo.
- Declaración de Rossi: “Son tan caros que sus precios hacen que no estén destinados a países en desarrollo; ese no es el mercado para estos productos”
- Perspectiva gubernamental ideal: En lugar de asumir que las innovaciones no son accesibles para países en desarrollo, el gobierno debería implementar políticas de precios diferenciados y acuerdos de colaboración público-privada que faciliten el acceso a medicamentos de alto costo. Esto permitiría mejorar el acceso equitativo a innovaciones esenciales sin comprometer la sostenibilidad financiera del sistema de salud.
- Argumento basado en evidencia: La afirmación referente a que estos medicamentos “no son para los países en desarrollo” ignora los esfuerzos globales de organismos como la OMS y el Banco Mundial, que promueven mecanismos como las licencias voluntarias y los precios diferenciados para mejorar el acceso. Retrasar el ingreso de estas tecnologías solo amplía las desigualdades en salud y afecta la calidad de vida de la población. Las experiencias de otros países han demostrado que estas medidas permiten un acceso más amplio y equitativo (OMS, 2023).
- Referencia: Organización Mundial de la Salud, Informe sobre el Acceso a Medicamentos Esenciales (OMS, 2023); recomendaciones del informe PINNOS para promover la colaboración y el acceso equitativo en innovación.
- Estrategias para el Control del Gasto en Salud sin Obstaculizar la Innovación
- Declaración de Rossi: “El Invima está considerando que retrasar la aprobación de productos nuevos se está convirtiendo en un mecanismo de control en el gasto“
- En relación a los Facilitadores de Buenas Prácticas Regulatorias: La OMS recomienda que, “las decisiones y la toma de decisiones regulatorias deben basarse en fundamentos científicos y datos precisos y no en la intuición o la arbitrariedad. Las decisiones basadas en la ciencia aportan resultados regulatorios coherentes y previsibles” Esta definición corresponde al facilitador de Toma de decisiones basadas en la ciencia y los datos. De esta forma, es la eficacia terapéutica y los estudios clínicos que la sustentan, los que deben orientar la decisión de aprobación de productos farmacéuticos, por encima de otros criterios.
- Perspectiva gubernamental ideal: El gobierno debería ver la innovación no como un gasto a controlar, sino como una inversión a gestionar. En lugar de retrasar la aprobación de productos innovadores, se podrían adoptar mecanismos de evaluación de costo-efectividad y acuerdos de precios basados en resultados, los cuales permiten gestionar el gasto sin obstaculizar el acceso a tratamientos que pueden mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.
- Argumento basado en evidencia: Retrasar la introducción de medicamentos innovadores como estrategia de control del gasto es ineficiente y perjudicial para la salud pública. Existen alternativas como las evaluaciones de costo-efectividad y los acuerdos de acceso controlado, que han demostrado ser estrategias viables para manejar el gasto sin limitar el acceso. La OPS subraya que los sandbox regulatorios y los marcos de aprobación acelerada son herramientas efectivas para garantizar la seguridad y facilitar el acceso (OPS, 2024).
- Referencia: Recomendaciones de PINNOS sobre la implementación de un sandbox regulatorio en salud.
- El Rol Fundamental de la Propiedad Intelectual en la Innovación y Acceso a Nuevas Tecnologías
- Declaración de Rossi: “El problema con las innovaciones es que son muy caras.”
- Perspectiva gubernamental ideal: El gobierno debería reconocer que la propiedad intelectual (PI) es un motor esencial para la innovación. En lugar de enfocarse solamente en los costos, la administración pública debería fortalecer la PI para atraer inversión en investigación y desarrollo, asegurando así que las innovaciones lleguen a Colombia y se traduzcan en beneficios de salud y crecimiento económico a largo plazo.
- Argumento basado en evidencia: La PI incentiva la inversión en I+D al proteger los descubrimientos y permitir el retorno de la inversión para quienes asumen los riesgos. Sin PI, muchas innovaciones no se desarrollarían, afectando directamente el acceso a tecnologías de vanguardia en salud. La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) destaca que la PI no solo incentiva la innovación, sino que facilita la transferencia de tecnologías, promoviendo el acceso en países en desarrollo (OMPI, 2023).
- Referencia: Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), PINNOS 2024 sobre la importancia de la PI para atraer inversión y mejorar la innovación en Colombia.
- El Impacto de la Innovación en el Sistema de Salud y el Error de Detenerla en Países en Desarrollo
- Declaración de Rossi: “Los medicamentos nuevos no son para los países pobres”
- Perspectiva gubernamental ideal: En lugar de limitar la innovación, el gobierno debería fomentar el acceso a nuevas tecnologías a través de alianzas estratégicas y programas de apoyo. Esto podría incluir incentivos fiscales, políticas de apoyo a la inversión y acuerdos de colaboración que permitan el acceso a medicamentos innovadores a precios asequibles, fortaleciendo así la equidad en el sistema de salud.
- Argumento basado en evidencia: Restringir el acceso a innovaciones bajo el argumento de que “no son para los países pobres” profundiza las desigualdades y va en contra de las recomendaciones de la OMS, que promueve el uso de tecnologías innovadoras para mejorar los indicadores de salud. Las innovaciones en salud no solo impulsan el crecimiento económico, sino que también generan empleos y fortalecen el sistema de salud a largo plazo (OMS, Banco Mundial, 2024).
- Referencia: Informe PINNOS 2024, OMS, Banco Mundial.
- La Innovación como una Necesidad, no una Opción en el Desarrollo de la Salud Pública
- Declaración de Rossi: “Moverse hacia la innovación es moverse hacia la incertidumbre desde el punto de vista regulatorio.”
- Perspectiva gubernamental ideal: El gobierno debería ver la innovación como una oportunidad, no como una amenaza. Al implementar entornos controlados como los sandbox regulatorios, el gobierno puede reducir la incertidumbre mientras permite el desarrollo de tecnologías avanzadas que beneficien a la sociedad. En lugar de frenar la innovación, se deben adoptar políticas de regulación flexible y adaptable que promuevan la experimentación segura y efectiva.
- Argumento basado en evidencia: La innovación implica riesgos, pero existen marcos regulatorios efectivos, como los sandbox, que minimizan esta “incertidumbre” y permiten el desarrollo de innovaciones bajo supervisión. La OPS enfatiza que los sandbox son herramientas probadas para garantizar la seguridad mientras se introduce tecnología de punta en el sistema de salud, asegurando así un equilibrio entre innovación y regulación (OPS, 2024).
- Referencia: Informe PINNOS 2024, Organización Panamericana de la Salud.
Es fundamental que el gobierno colombiano comprenda que la innovación y la propiedad intelectual son pilares para un sistema de salud equitativo, accesible y de alta calidad. Retrasar el acceso a innovaciones bajo la premisa de control del gasto es un enfoque a corto plazo que compromete el bienestar y el potencial de crecimiento del sistema de salud. Implementar políticas de apoyo y un marco regulatorio moderno fortalecerá el ecosistema de salud en Colombia, brindando a los ciudadanos acceso a los beneficios de la innovación en salud.
Referencias
- European Medicines Agency. (2023). Guideline on the requirements for medicines for rare diseases.
- Organización Mundial de la Salud. (2023). World Health Report on Access to Medicines.
- Organización Panamericana de la Salud. (2024). Regulatory Sandboxes for Health Innovation in the Americas.
- Organización Mundial de la Propiedad Intelectual. (2023). Intellectual Property and Innovation Report.
- Banco Mundial. (2024). Innovation in Healthcare: Economic Impact and Development.