El pasado 5 de agosto el Gobierno Nacional, más específicamente el Ministerio de Salud y Protección social, emitió la resolución 1411 mediante la cual se adopta la Política de Soberanía en la Producción para la Seguridad Sanitaria.
Esta resolución se sustenta en la Ley 1751 (derecho a la salud), en la Ley 1753 (que faculta al ministerio para declarar emergencias sanitarias), así como en las experiencias vividas durante la pandemia por Covid-19.
Según el artículo primero:
“La política de soberanía en la producción para la seguridad sanitaria establece el conjunto de actividades que permiten desarrollar y robustecer la capacidad del país para producir y satisfacer las necesidades de tecnologías de salud estratégicas, fortaleciendo así las capacidades para hacer frente a situaciones de emergencia e incidentes agudos que vulneren la salud de la población.”
La política, que está contenida en el anexo de la resolución, hace un recuento y a la vez, reconoce que el país tuvo un impacto significativo en los indicadores de mortalidad por causa del Covid-19, ubicándolo en el décimo lugar del mundo en mortalidad total (137.869 muertes) y en el vigésimo tercer lugar en cuanto a muertes por millón de habitantes, con 2.663 por millón. El impacto sobre la economía llegó a reducir en 6.8% el PIB y la población en condición de pobreza aumentó a 42,5% (datos de 2020).
La política además muestra que Colombia requiere fortalecer sus capacidades de respuesta a situaciones de emergencia y cita el Índice Global de Seguridad Sanitaria que ubica al país en el puesto 38 entre 195 países. Se afirma además que “se están perdiendo las capacidades de producción de medicamentos y tecnologías estratégicas en salud en el país” (p6).
Un aspecto central de la política está orientado hacia la disponibilidad del talento humano capacitado en salud. De una parte, hay un déficit de personal para la producción de medicamentos inyectables, como las vacunas y de otra, se reconoce la necesidad de formar doctores y posdoctores que lideren investigaciones que favorezcan descubrimiento de nuevos medicamentos. Así mismo, existe déficit de médicos y enfermeras por 100.000 habitantes, especialmente en zonas rurales, lo que dificulta las capacidades para enfrentar este tipo de emergencias.
Se mencionan también las falencias en sistemas de información interoperables, salud digital y las enormes brechas territoriales de conectividad que afectan a los ciudadanos en general y en especial a los servicios de salud.
La política está en relación directa con las recomendaciones de la OMS sobre preparación ante emergencias, los lineamientos del Reglamento Sanitario Internacional (RSI), el documento CONPES 3999 que planteó estrategias de preparación para futuras pandemias y con el documento CONPES 4069 que emitió la Política Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación [1]. De igual manera, se acogen las recomendaciones de la Política Nacional de Talento Humano en Salud.
La política asume que: “… la seguridad sanitaria es el conjunto de actividades necesarias para hacer frente a situaciones de emergencia e incidentes agudos que vulneren la salud de la población” (p15).
El diagnóstico se organiza en 4 grandes componentes:
- Dificultades en la articulación institucional, la movilización de recursos financieros y las capacidades de vigilancia en salud pública
- Bajas capacidades industriales de producción local de biológicos, biotecnológicos y tecnologías estratégicas en salud para atender pandemias e incidentes.
- Limitado talento humano para anticipar, preparar y atender situaciones de emergencia e incidentes agudos
- Bajas capacidades en torno al uso, disponibilidad, interoperabilidad y transparencia de información y aplicaciones de salud digital necesarios en emergencias e incidentes agudos en salud
Cada uno de ellos se desarrolla en aspectos específicos que muestran el débil panorama actual de la soberanía en la producción sanitaria en el país.
La política se estructura desde un objetivo general y 4 objetivos específicos:
- Objetivo general: Fortalecer las capacidades del país y del sistema de salud para prepararse y dar respuesta a las situaciones de emergencia e incidentes agudos que vulneren la salud de la población.
- Objetivos específicos:
0E1. Generar condiciones de gobernanza, flujo de recursos y capacidad de vigilancia en salud pública para preparar y dar respuesta adecuada a las situaciones de emergencia sanitaria.
0E2. Promover e incentivar las capacidades industriales de producción local de medicamentos de síntesis química, biotecnológicos, dispositivos médicos, radiofármacos, y componentes sanguíneos y anatómicos, como otras tecnologías estratégicas en salud que apoyen la atención de epidemias o incidentes agudos.
0E3. Incrementar la formación de recurso humano para satisfacer la necesidad de anticipar, preparar y atender situaciones de emergencia e incidentes agudos.
0E4. Fortalecer las capacidades en torno a la disponibilidad, interoperabilidad, desarrollo de aplicaciones de salud digital y uso transparente de la información necesarios para la planeación y la gestión de emergencias e incidentes agudos.
En coherencia con diagnóstico y objetivos, el plan de acción tiene 4 grandes componentes que se desagregan en 7 líneas de acción:
Plan de Acción:
- Generar condiciones de gobernanza, flujo de recursos y capacidad de vigilancia en salud pública para preparar y dar respuesta adecuada a las situaciones de emergencia sanitaria.
- Mejorar la articulación y coherencia del sector salud para enfrentar situaciones de emergencia
- Establecer un mecanismo eficiente para la movilización de recursos financieros para prepararse y atender la emergencia.
- Promover e incentivar las capacidades industriales de producción local de medicamentos de síntesis química, biotecnológicos, dispositivos médicos, radiofármacos, y componentes sanguíneos y anatómicos, como otras tecnologías estratégicas en salud que apoyen la atención de epidemias o incidentes agudos.
- Estructurar y convertir la capacidad industrial de producción local como pilar de la seguridad sanitaria
- Mejorar el marco regulatorio de las tecnologías en salud para los tiempos de emergencia en salud pública
- Promover el fortalecimiento de la formación de talento humano para anticipar, preparar y atender situaciones de emergencia e incidentes agudos.
- Incrementar la formación de recurso humano para satisfacer la necesidad de anticipar, preparar y atender situaciones de emergencia e incidentes agudos.
- Fortalecer las capacidades en torno a la disponibilidad, interoperabilidad, desarrollo de aplicaciones de salud digital y uso transparente de la información necesarios para la planeación y la gestión de emergencias e incidentes agudos.
- Mejorar la interoperabilidad de información para la vigilancia epidemiológica y de salud pública
- Fortalecer de aplicaciones de salud digital en el territorio y las redes sociales
El seguimiento será anual entre 2023 y 2027.
La financiación de la política será responsabilidad de “…las entidades del sector salud involucradas en su implementación gestionarán y priorizarán, en el marco de sus competencias y de acuerdo con el Marco de Gasto de Mediano Plazo, los recursos para la financiación de las acciones que son propuestas”. (p31)
Entidades con responsabilidades en la política:
- Ministerio de salud y protección social
- Instituto Nacional de Salud (INS)
- Instituto Nacional para la Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA)
- Ministerio de Comercio, Industria y Turismo
- Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación
- Departamento Nacional de Planeación
- Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones
[1] Actualmente el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación (Minciencias) se encuentra desarrollando la Política Nacional de CTeI para el sector salud.
ANÁLISIS DE LAS ACCIONES PROPUESTAS:
La estructura de la política, según se ha descrito, se despliega mediante acciones específicas: