Una de las cuestiones que más ha ocupado a los científicos para responder a la actual pandemia es la generación de inmunidad, bien sea con el desarrollo de una vacuna o con la producida de forma natural posterior a la exposición al virus, la generación de anticuerpos. Sobre esa última posibilidad, las noticias no son muy alentadoras.
Un reciente estudio realizado por investigadores del Imperial College de Londres demostró que la inmunidad de la población ha disminuido progresivamente en el tiempo; así en la primera ola de la infección, en los meses de julio y julio, se encontraron anticuerpos positivos en 60 de cada 1.000 individuos; pero en la última serie de pruebas, practicadas hace unas semanas, sólo se encontraron anticuerpos en 44 de cada 1.000 personas. Lo que indica que el número de personas con inmunidad se redujo en más de 25% entre el verano y el otoño.
El profesor Paul Elliot, director de la investigación, plantea que es posible que algunas personas necesiten varias dosis de la vacuna hasta logar la inmunidad suficiente, de acuerdo con sus condiciones de riesgo particular por ejemplo, la edad, la existencia de otras enfermedades u ocupación.
Los resultados son diferentes según la población analizada: “la mayor disminución se vio en los adultos mayores de 65 años, comparados con los grupos más jóvenes, y entre quienes no mostraron síntomas de la infección, comparados con los que desarrollaron todas las etapas de COVID-19; no obstante, el volumen de anticuerpos de los trabajadores de la salud siguió siendo relativamente alto, lo cual podría deberse a una continua exposición al virus, señalan los investigadores”. El profesor Jonathan Ball, de la Universidad de Nottingham, Inglaterra, afirma que: “este estudio confirma que las respuestas de anticuerpos, especialmente en las poblaciones vulnerables de gente mayor, disminuye con el tiempo”.
Estos resultados podrían sugerir la posibilidad que las personas puedan infectarse más de una vez con COVID-19, al igual como sucede con otros virus de esa familia (Coronavirus); y aunque aún no hay casos confirmados de reinfección los investigadores esperan que ser posible la reinfección, “la segunda ola de infecciones sea más leve que la primera, aun si la inmunidad disminuye, ya que el organismo podría tener una memoria inmunitaria de su primer encuentro con el virus y podría saber cómo combatirlo”.
En relación con la vacuna, los investigadores afirman que estos hallazgos no necesariamente significan que la inmunidad que ofrezca una vacuna sea de corta duración; para ellos la inmunidad que ofrezca la vacuna podría ser incluso mejor que la inmunidad natural. El profesor Paul Elliot, director de la investigación, plantea que es posible que algunas personas necesiten varias dosis de la vacuna hasta logar la inmunidad suficiente, de acuerdo con sus condiciones de riesgo particular por ejemplo, la edad, la existencia de otras enfermedades u ocupación.
Lo cierto es que aún queda mucho por descubrir acerca de este nuevo virus que azota a la humanidad, si bien los científicos han hecho enormes avances aún no tenemos con un tratamiento ideal, ni una vacuna; lo que sigue dejando como la mejor opción adoptar las medidas de protección personal: lavado de manos, uso de mascarilla y no aglomeraciones. Seguiremos en nuestras casas y con distancia social esperando las buenas noticias por parte de los científicos, ya sea de una cura o una vacuna.
Nota tomada de BBC Mundo